Desinhibiciones: Narrativa: "El Dorado"

A Andrea no le gusta el chocolate, yo estoy harto de él, entonces por dictadura de ambos escribiremos sobre ese tema, amén!
Christopher llega tarde, somos un trío y ya no tiene oportunidad de elegir; Su primera tarea es conseguirnos café a las 8 am.
Nuestro conocimiento del chocolate es tan nulo que el aroma invisible nos atrae. “¿y el café?” pregunta Andrea, yo le replico que Christopher esta charlando con Tyrone, “¡Café!” alza la voz Andrea y Christopher llega con dos vasos plásticos pero fríos, mientras Andrea le da una mirada matadora anulando toda esperanza de ser
perdonado tal como la ignorancia no nos perdona a los tres; tanto por ser ecuatorianos y no haber saboreado una taza de Chocolate como Dios manda y pretender buscarlo en un supermercado.

El pasillo 11B, sección de naturales en donde el chocolate es una máquina del tiempo que puede llevarnos al pasado, imágenes de nuestras abuelas con una gran olla, aquel aroma y nosotros aquí observando barras, polvos, envases. ¿Habrá algo más en su inigualable color? Nosotros, Trió Bilirrubina, nos sentamos a observar que es chocolate en nuestros días: Marcas, marcas y marcas, precios e instantaneidad ¿esto es Chocolate, el aroma de la pasión o el hedor de la modernidad? Ah! Una frase que recuerdo me responde: “la riqueza existe de lo material, lo valioso viene de lo invisible” y este trió debe saber lo que es el aroma verdadero, no un paquete.

“Amaneció y las sábanas no tienen más que arropar, el sueño del que me desligue fue un recuerdo de algo que sucedió, que muy pronto pasará o simplemente me he quedado atrapado entre el aroma que desprende la cocina invisible. Mi país es tan rico que no podemos quejarnos ni del chocolate, me quedo sentado con la mente en blanco”
Jamás sabes cuando llega la persona quien te da un cable a tierra, y Lorena es quien nos guía hacia el aroma y a la cocina. Chocolate negro refinado, tono original, echarlo al agua hirviendo, y remover y remover hasta deshacer, moverlo y moverlo, debe espesar, darle cuerpo, a fuego lento luego un poco de leche y “¿sabe bien?” pregunto con ganas de aprobación y los ojos alegres de Lorena y Christopher me llenan, “A mí no me gusta el chocolate” se niega Andrea. “¡Pruébalo!” le alentamos. Ella levanta la cuchara, desprendiendo una gran nube de vapor y el aroma nos invade, se sirve un poco, levanta la taza, degusta lo necesario para entender el sabor …. Andrea no nos responde pero su sonrisa de oreja a oreja lo dice todo: Hemos encontrado lo valioso de vivir.

by: José Oliviera, Andrea Villacis (Merlinna) y Cristopher Villacres